"Escuela Ayllu de Warisata", artículo de Noel Aguirre Ledezma (de #CEAALBolivia)
"Homenaje al 91 aniversario de la creación de la Escuela Ayllu de Warisata (2 de agosto de 1931) y una constancia que sus principios están vigentes."
Escuela Ayllu de Warisata
Durante la Colonia y gran parte de la historia republicana, la educación en Bolivia fue parte de los mecanismos destinados a preservar el poder establecido y a reconfigurar la cultura de los pueblos indígena originarios según el patrón civilizatorio occidental. En un largo tiempo de la historia republicana, “indio letrado es indio alzado” fue el pensamiento impuesto por las clases dominantes. “La minoría criollamestiza, por su posición ideológica liberal-positivista, mantenía una línea de exclusión del indígena de la sociedad civil, se buscaba su desaparición con la inmigración externa porque se consideraba lastre o atraso para el progreso. Inclusive, el indígena se encontraba limitado en su pleno acceso a los derechos universales: la salud, la participación política y la educación.” (Choque y Quisbert, 2006)
Pero, como todo proceso social, la negación de derechos motivó rebelión. Desde la educación, una de esas expresiones fue la Escuela Ayllu de Warisata, una de las experiencias de mayor trascendencia de Bolivia. Fundada el 2 de febrero de 1931 y con vigencia hasta 1940, se desarrolló en un contexto donde la clase dominante, minero feudal, letrada liberal y latifundista saquea y entrega nuestros recursos naturales al capital extranjero, y donde el 80% de la población eran indígenas que vivían en las tierras de comunidad o en las grandes haciendas bajo régimen de esclavitud o pongueaje (Mejía, s/f).
La Escuela Ayllu de Warisata es un movimiento emancipador por los derechos de los indígenas como el acceso a tierra, la educación y salud, fue creada con base en un acuerdo entre un líder indígena: Avelino Siñani y un maestro citadino: Elizardo Pérez. Tenía una clara intencionalidad política: “No fue creada esta Escuela por un espíritu altruista o filantrópico, sino que nació como un instrumento de liberación de las masas indígenas de Bolivia en la lucha contra el régimen de servidumbre” (Pérez, 2013). Es un ejemplo de participación social comunitaria cuya máxima expresión es la Ulaka: Parlamento Amauta, conformado por los líderes de la comunidad, todos con el derecho a tomar decisiones sobre la organización, trabajo y control comunitario que hacen a la preocupación de la comunidad de todos los aspectos que la componen: tierra, economía-producción, educación, etc.; en su propuesta educativa-pedagógica vincula la práctica con la teoría, desarrolla el aprender haciendo y el aprender a aprender en el aula, taller y sembrío, e integra contenidos y estrategias metodológicas.
Para la Escuela Ayllu de Warisata el territorio y la territorialidad fue fundamental para el desarrollo del proyecto educativo desde una visión de complementariedad entre regiones y pisos ecológicos, la generación de redes entre los núcleos y las escuelas seccionales, la interrelación entre producción y contexto para producir saberes y conocimientos, además para la preservación de la Madre Tierra. Es por excelencia una experiencia de educación intracultural e intercultural crítica, potencia sus propias culturas y establece en la vida en comunidad la relación con otras culturas.
Esa tensión, entre la negación a la educación para sostener el poder establecido desde el colonialismo y las luchas emancipadoras del pueblo, no solo es un relato histórico, menos una estadística, son hechos reales que afectan la vida misma de las comunidades, así como de líderes y “comunarios”. Por ejemplo, cabe recordar “los sueños y la lucha de Avelino Siñani, quien dio su vida por la construcción de la Educación Aymara y fue perseguido sañudamente por la Bolivia criolla, fue preso y torturado, su hijo de 18 años fue maltratado hasta ser muerto y su hermano apresado, por el delito terrible de fundar escuelas. Cuando Warisata fue destruida el Tata Siñani se murió de pena”. (Ari, 2003)
Retomando esa historia y contexto, leyendo críticamente la situación de la educación boliviana, así como dando respuestas a los desafíos estructurales del periodo actual, a 91 años de la fundación de la Escuela Ayllu de Warisata, estando vigente la Ley de la Educación 070 “Avelino Siñani-Elizardo Pérez” de 20 de diciembre de 2010, es necesario mantener el legado de esta ejemplar experiencia educativa. La Escuela Ayllu de Warisata es un compromiso con nuestra historia y, en sus principios, es una base fundamental para que la educación boliviana sea pertinente y relevante a nuestra realidad social, cultural y económica contemporánea.
Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.
(Artículo originalmente publicado en el diario La Razón)
Foto: Basilio Quispe Churata