“Perú en tiempos de movilización”, artículo de Verónica del Cid (miembra del ECE del CEAAL)

Perú en tiempos de movilización

Foto: Rosy Zúñiga/CEAAL

 

Recientemente estuve en Perú, un viaje que al inicio se programaba como una reunión programática de la Coordinación estratégica del CEAAL1, coherente pero lejos estuvo de ese limitado objetivo, acercándonos al corazón de la lucha del pueblo heroico del Perú.

Perú, un territorio donde se concentran las más ricas comidas, la diversidad que contiene la selva, la sierra, la costa, y la urbanidad de la ciudad de Lima, que para quienes venimos de una aldea, de un país pequeño, esos enormes edificios parecen abrumar el corazón. Es un país mágico, con la presencia de 48 idiomas originarios de 55 pueblos indígenas, los Uro, Jaqaru, Aimara y Quechuas, entre otros. Y con ese hermoso sol que se oculta con su color rojo naranja en el mar de lima. Pareciera que existe todo para vivir dignamente, pero solo la lucha, hace prevalecer la esperanza de un Perú justo para su pueblo.

Fue el día 07 de diciembre del 2022, que estalla a la luz internacional el Perú, con la declaración de la «permanente incapacidad moral» de Pedro Castillo, un golpe de Estado parlamentario, que lo destituyó y encarceló, instituyendo de facto a Dina Boluarte (que hasta el momento ejercía como vicepresidenta). Pero hay datos previos a este momento, el principal, es una elección y toma de posesión desde el 28 de julio de 2021, que dolió el estómago de la sociedad Limeña, por quedar electo un hombre de sombrero, un profesor y político peruano, nacido en San Luis de Puña, es una localidad de la provincia de Chota en el centro del departamento de Cajamarca. Desde ese momento, la consigna estaba clara, la clase política Limeña nunca le permitiría gobernar.

En una de las reuniones con organizaciones, pregunte: ¿Cuáles fueron las prácticas que incomodaron a los sectores de poder, para decidir sobre Pedro Castillo? Existir, me dijo una compañera, así de manera contundente. Y es que se coincide que el gobierno de Castillo, gana las elecciones por la coalición antimilitarismo para impedir la elección de Keiko (hija de Alberto Fujimori); pero su gestión no logró crear una soporte político con los movimientos sociales, la poca asesoría estratégica de quienes lo rodearon, y un ejercicio de poder, emulando las prácticas tradicionales “si hacen lo que quieren, yo también hago lo que quiero”, fueron limitantes para una administración que representara los intereses de las clases populares.

Sin embargo, se menciona que el pueblo, se ha visto identificado con él, por el desprecio como ha sido tratado por su origen, la expresión de un profundo racismo y clasismo que desde la época colonial se ha perpetuado y consolidado a través del tiempo..

Ahora bien, la lucha del pueblo Peruano, va más allá de la decisión de destitución de Castillo, y sus demandas se concentran entre ellas, la inmediata renuncia de Dina Boluarte, la disolución /cierre del Congreso, adelantar las elecciones y la convocatoria a una asamblea constituyente.

El Perú profundo del Sur, se ha movilizado hacia la capital, para recordar que Lima no representa los intereses de los pueblos indígenas, de las mujeres y sus comunidades. Esas masivas movilizaciones, con una identidad originaria, de pueblo empobrecido, de mujeres aguerridas poniendo el cuerpo, el cuidado, la olla común. Las madres abasteciendo en camino a los hijxs que van a la ciudad a defender la vida, con el corazón en la mano, sabiendo que quizá alguno no regrese.

Y las noches con las vigilias llenas de consignas, de poesía, de música, de llanto, de rabia, que han sido verdaderas escuelas de formación política, como preparación para lo que está siendo un campo de batalla. Y es que, así como lxs estudiantes de la Universidad Nacional de San Marcos se organizaron para alojar a lxs compañerxs, así fueron reprimidos y desalojados violentamente. Y es que han sido recibidos por un Estado heredero de las políticas de Fujimori y su mecanismos de muerte y exterminio, con el asesinato de más de 60 personas a esta altura de la lucha, y múltiples violencias hacia el pueblo movilizado, que ha sido gaseado, herido, acusado y apresado, criminalizado en su derecho legitimo de protesta pacifica, a ese pueblo que han dejado su territorio, sus cultivos, sus familias, para defender los derechos de todo el territorio Peruano.

Pude vivenciar las expresiones de odio, racismo y misoginia, escuchadas en la calle, donde fácilmente la gente se da el derecho a vociferar contra el pueblo, (me hizo recordar a mi país Guatemala, con ese racismo tan exacerbado hacia los pueblos indígenas), expresiones rotundamente condenables, que solo escuchándolas y aun así, es difícil dar cabida a su existencia “aquí, solo se controla la situación, si le dan a Fujimori 15 días para que limpie todo y acabe con todos estos indios” (expresión de un adulto mayor, que para sobrevivir alquila un vehículo como servicio de taxi); “por esa gente no podemos vender tranquilamente, y está afectando nuestra comida diaria” (mujer del mercado, empleada en la atención de una tienda de ropa textil); “fuera comunistas, váyanse a Venezuela” “solo la policía defiende a este país de los comunistas” “Indios muertos de hambre”, “les paga el narcotráfico su movilización”, “gente comprada”, “esas cholas”, (grupos organizados provocadores en vías públicas). Una Lima, que emana odio hacia los pueblos.

Los diálogos con las organizaciones sociales, de derechos humanos, educadorxs populares, fueron apuntando elementos claves para entender la situación actual del Perú, que de alguna manera, representa las disputadas comunes en otros territorios de esta querida Abya Yala…

Una política cancelatoria instalada, dado que 6 presidentes han asumido en los últimos 4 años y 100 ministros en 6 meses; un 2023, a las vísperas de 250 mineras que vencen en el año y que una nueva Constitución intenta poner freno, convirtiéndose en un impedimento para los intereses económicos del gran capital; un Estado que expresa los intereses del empresariado con el respaldo de las fuerzas armadas y los poderes fácticos; una sociedad polarizada que deja claramente la disputa de dos proyectos de sociedad, la de los pueblos ancestrales que defienden su territorio y sostienen la vida y la blanca limeña racista y violenta.

Desde las organizaciones de mujeres y feministas, se deja claro que Dina Boluarte no las representa como mujer, y que más bien, es la expresión del patriarcado colonial racista que ha configurado el Estado Peruano y a todas sus instituciones. “Una mujer que no tiene sensibilidad, una títere del fascismo, que manda a matar al pueblo” se dijo.

Se pueden reconocer desafíos que compartimos en los diálogos y que lo son para el pueblo Peruano, pero también, para las organizaciones y movimientos populares de estos territorios vecinos, el ataque no es local únicamente, es una arremetida de este sistema capitalista y colonial que se ve amenazado por pueblos movilizados, rebeldes, intranquilos, que desenmascaran las poderes instalados, sus mecanismos de opresión, su mercantilización de la vida, sus sistema de muerte.

Este sistema no puede con tanta conciencia. Y viene fuerte, siendo urgente y necesario, re-organizarnos, aportar incansablemente a procesos de articulación social de las fuerzas territoriales y sectoriales, encontrar lo común de nuestra aspiración de vida; seguirnos formando políticamente, develando los hilos ocultos del poder, seguir concientizando en todos los espacios y rincones donde nos toca hacer la pelea; darle forma al proyecto de sociedad que queremos, cómo se concreta, cómo se vive cotidianamente, no es suficiente subsistir o mejorar las condiciones de vida, esto, no será suficiente por mucho tiempo; romper el cerco de fronteras y de comunicación impuesto, sólo estando cerca fui consciente que las noticias que nos llegan a diario, representan poco de lo que está significando la lucha en Perú, y lo oportuno de la solidaridad entre los pueblos, respondiendo en carne propia lo que está sucediendo entre territorios, es que, avanzar en nuestras propias luchas implica una estrategia que conecte los territorios temáticos, físicos y geográficos. El juego macabro está, que los golpes son tantos,en todos los territorios a la vez, que nuestras fuerzas se ven asediadas y superadas, pero un territorio local, nacional tiene muy poco alcance sin el acuerpamiento diverso; una solidaridad propia porque tu lucha es mi lucha, no la solidaridad del pueblo consciente de Lima hacia las movilizaciones, porque no es la lucha de los otros, es la propia vida la que se está jugando. Y el gran desafío es: cómo organizarse en la lucha de calle, en la movilización, quién lidera colectivamente, quién hace la interlocución, desde dónde se hace, para asegurar que las relaciones de poder aprendidas, llenas de machismo vanguardismo, no sean las que predominen y rompan con el esfuerzo y la lucha colectiva.

 Gracias querido y heróico pueblo del Perú, por tu fuerza en la calle, en las barricadas, en las casas, por las pisadas andadas, por la bofetada dada a este sistema, por la sonrisa de choclo de colores, por la mezcla de los sabores, por la ternura y ganas de dejar un territorio a las guaguas digno y justo, por la rebeldía y la mirada contundente a tus demandas. Por todo el aprendizaje para espejearnos y desafiarnos en estos nuevos tiempos. Quedamos pendientes, siguiendo, denunciando, prendiendo velitas a los y las abuelas, para que acompañen esta victoria llena de justicia.

¡VAMOS PUEBLO, CARAJO, EL PUEBLO NO SE RINDE!

Verónica Del Cid2, enero 2023

1 Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe-CEAAL.

2 Enlace regional de la Red Alforja, miembra de la Coordinación estratégica de CEAAL.