"Educación popular"
(Artículo publicado en el medio digital El Puente)
Conversamos con Camilo Álvarez, Coordinador del Centro Martin Luther
King en Uruguay, sobre las raíces y el presente de la Educación Popular
en América Latina, en nuestro país y en el oeste de Montevideo
¿Qué es la educación popular?
La educación popular es un conjunto de prácticas y experiencias sociales de
transformación, muy diversas, muy heterogéneas, que tienen en común al
menos tres cosas. Por un lado hay una idea, una intención de transformar la
realidad a favor de los más débiles. También hay una propuesta y una apuesta
metodológica que es coherente con esa intencionalidad de transformar el
mundo y que por lo tanto, en esa coherencia la idea no es que los oprimidos de
hoy sean los opresores de mañana, sino que esa transformación se dé también
en la posibilidad de que no existan oprimidos, ni opresores.
Una tercer idea tiene que ver con la vinculación entre esas prácticas diversas y
heterogéneas con una propuesta común, entendiendo que no es solamente la
sumatoria de todas esas prácticas, sino más bien la conjunción de saber que
se camina para cierto lado y que son prácticas que vemos, que se dan en
Montevideo, en los distintos departamentos y también en América Latina.
Como una mirada más desde esa particularidad de lo que hacemos, a una
generalidad donde también suceden cosas que por más que no las
conozcamos, sabemos que también están intencionando para transformar la
realidad.
Experiencias de educación popular en Uruguay y en América Latina
En Uruguay hemos tenido en distintos momentos históricos muchas
experiencias vinculadas a la educación popular. Las misiones pedagógicas en
su momento, los espacios de los sindicatos de principios del siglo XX, donde no
solamente eran espacios sindicales, sino que eran escuelas, centros culturales,
etc.
Podemos mencionar más cerca en el tiempo lo que fue la multidiversidad
franciscana con los procesos no solamente de formación política en educación
popular, sino de acompañamiento a experiencias sociales. Hoy podemos
nombrar muchos proyectos de centros culturales, de experiencias de Ollas
Populares que comulgan con esto de la educación popular.
Para nombrar algunas experiencias en América Latina, podemos mencionar al
Movimiento Sin Tierra en Brasil, los procesos de Bachilleratos Populares en
Argentina, experiencias de Escuelas Comunitarias en Chile, movimientos más
vinculados a los pueblos originarios que se dan en Ecuador y en Bolivia. Hay
una variedad de experiencias en esa sintonía que mencionamos.
¿Qué experiencias de educación popular hay en el oeste de Montevideo?
En el oeste de Montevideo, sin duda que el aporte de los sindicatos que
desbordó una relación laboral. Tuvo un enclave territorial muy fuerte, vinculado
a la solidaridad que enarbolaban los sindicatos y sus locales sindicales, un
montón de gente que aprendió a leer allí, no solamente los libros, sino también
a leer la realidad en torno de esa formación que se daba alrededor de las
escuelas sindicales y de las experiencias sindicales.
Podemos mencionar también algunas experiencias más vinculadas a proyectos
ecuménicos o de algunas iglesias en particular que tuvieron un enclave fuerte
en el Cerro. Recuerdo por ejemplo toda la obra de Heber Cardozo como pastor
en esa zona. Hoy mismo, lo que se desarrolla y que se genera desde la Casilla
Obrera de las hermanas franciscanas del Verbo Encarnado, las experiencias
de Ollas populares que están desarrollándose en el oeste, experiencias
vinculadas a espacios de Huertas Comunitarias, etc.
También el oeste ha condensado en términos de lo que han sido las luchas en
general, con esa impronta de la subjetividad del oeste, que está muy marcada
esta cuestión del ser del oeste que implica una identidad no solamente
territorial, sino de determinado posicionamiento para con la vida más allá de
partidos políticos.
¿Cuál fue tu acercamiento y recorrido en la educación popular?
Yo vengo de una época en que la inserción a la militancia social estuvo muy
atravesada por la resistencia al neoliberalismo. Soy parte de esa generación
estudiantil que se plantó contra las reformas educativas, que se planteó la
resistencia a que los organismos financieros se metieran a ser rectores
educativos. También fue una generación que se propuso ir incorporando de
alguna manera que en el hacer también hay una disputa por el hacia dónde. No
solamente está el «adónde quiero llegar», también está el «cómo quiero llegar».
Esa valorización que tiene que ver con los métodos y con los medios, tenía
tanta importancia cómo el hacia dónde.
Esa propuesta se fue generando al principio a partir de lo que fue la
coordinadora de estudiantes, una movilización bien asambleísta de
democracia directa, muy vinculada en su momento con lo que fue la expresión
del zapatismo en México y con experiencias que también tomábamos del
movimiento Sin Tierra en Brasil.
Fuimos viendo que esa disputa debía tener determinada caracterización
metodológica, ahí me encontré con la Educación Popular sobre todo a partir de
algunas lecturas de Paulo Freire, de José Luis Rebellato también acá en
Uruguay y de la compañía que teníamos siempre muy cercana de Pilar Ubilla
con respecto a charlas y propuestas metodológicas.
Una cosa muy interesante de esas ocupaciones estudiantiles, fue el concepto
de clase abierta. Por más que estaban los liceos ocupados, generábamos
procesos pedagógicos que integraban los temas desde una metodología
mucho más democrática, mucho más participativa, desde una propuesta
metodológica que incluía el acercamiento de los saberes, de los profesores,
estudiantes, vecinos, sindicatos.
Eso fue como una primera entrada que después fui reforzando con cursos y
apuestas formativas que fui transitando, que tuvieron que ver con mi espacio
en la multidiversidad franciscana antes de que cerrara y con unos procesos de
formación en educación popular que tenía FUCVAM a fines de los 90 y principios
del 2000. De ahí mi vinculación con la militancia más territorial, barrial, que continúa hasta hoy, estos han sido como espacios no solamente de vinculación, sino de promoción de la educación popular.
¿Qué es el Centro Martin Luther King y desde cuándo funciona en
Uruguay?
El Centro Martin Luther King nace formalmente en el 2012 en Uruguay como
una propuesta de desarrollo social, de trabajar muchas líneas también que
integren la educación popular, el mundo ecuménico y otras propuestas de
desarrollo social. Nace también como muy hermanado con el Centro Martin
Luther King de Cuba que funciona desde fines de los 80, un centro que tiene
una inspiración cristiana también muy fuerte, porque surge en una iglesia
bautista.
El centro en Uruguay se fue desarrollando en función de lo que es el área de
Educación Popular, que es el espacio que hoy coordinamos y el que tiene más
preponderancia y desarrollo dentro del centro. En ese sentido, desde el 2017
venimos en este camino de construcción de espacios y de procesos, no
solamente de formación en la Educación Popular, sino de fortalecimiento de
organizaciones, de conjugar también muchas organizaciones y proyectos que
intencionan desde la educación popular.
¿Cuáles son los objetivos del Centro en Uruguay y cuál es su camino a
recorrer?
Nosotros venimos trabajando muy fuerte en tres áreas. Una que es el área
propiamente dicha de educación popular, donde estamos dirigiéndonos con
mucha tenacidad, no solamente a la formación, sino también de la construcción
de una red de educadores populares, pero también estamos con mucha fuerza
intencionando en la incidencia política desde la educación popular.
Nos parece que hay un camino a recorrer que tiene que ver con el diálogo de la
educación popular con un montón de lugares que por ahí por su característica
instituida, muchas veces parece que no hay posibilidad de intervención para la
educación popular. Y ahí estamos llevando el diálogo también para tensionar
en esto, me refiero a espacios institucionales propiamente dichos de la gestión de los gobiernos, de la promoción de espacios de participación ciudadana con determinada orientación.
Después tenemos otra área que tiene que ver con lo ecuménico, donde
estamos desarrollando también instancias de conexión, de coordinación con
distintas iglesias que tienen un recorrido muy fuerte y muy profundo de trabajo
en los barrios, con la gente, de proximidad, con una intencionalidad también
clara que en general para el mundo de la izquierda es difícil de ver muchas
veces. Pero nosotros las reivindicamos en términos de ese trabajo que se
ponen al hombro y que muchas veces por falta de claridad desde cierto mundo,
no se las hace partícipe de nombrarlas cuando se habla de aquellas
organizaciones que llevan adelante cambios en nuestra sociedad.
Ese espacio ecuménico también está en un momento de conexión, de trabajo
conjunto, de poder inspirar también procesos de lectura popular de la Biblia,
donde se puede hacer una lectura contextualizada de los textos bíblicos, que
puedan colocar también los procesos de reflexión desde una mirada crítica y
orientar también las distintas prácticas que se llevan adelante. De hecho ahora
empezamos una recorrida por distintos espacios ecuménicos barriales, con la
excusa de presentar el libro «Educación Popular, un movimiento que
transforma», estamos dinamizando espacios de reflexión e intercambio para
jerarquizar esas cosas que suceden en los distintos espacios ecuménicos
barriales. Y una tercera área que estamos impulsando hoy también desde el Centro, es el
área de análisis de coyuntura y solidaridad internacional, donde estamos
promoviendo también que los espacios más micro, territoriales, espacios de
organizaciones barriales, puedan incorporar en su funcionamiento cotidiano
esta lógica del análisis de coyuntura, de diagnóstico situacional que permite
también establecer determinadas pautas de planificación.
A su vez también el vínculo con lo que sucede en América Latina sobre todo,
donde hay muchas organizaciones hermanas con las que venimos
construyendo espacios de reflexión, de intercambio y de acción conjunta. Ahí serían como las tres áreas que estamos hoy impulsando y fortaleciendo desde el Centro.
¿Existe una tensión entre la Educación popular y la política partidaria en
nuestro país?
Hay como varias cosas, hay muchas opiniones como en todo, muchas
bibliotecas, yo creo que la Educación Popular ha transitado momentos
recientes donde ha tenido un componente de institucionalización muy fuerte.
Entonces, esa institucionalización que tuvo en un momento la Educación
Popular, en los últimos 15 o 20 años, generó esta idea de que quienes tienen la
posibilidad de una militancia rentada en términos de organizaciones sociales,
académicas o lo que sea, van a tener muchas más posibilidades de avanzar y
de procesar, de los que generan procesos de militancia a nivel barrial,
territorial, social desde el tiempo que les queda después que trabajan. Yo
reivindico siempre con mucha fuerza este tiempo de quienes nos dedicamos en
términos de la militancia y la educación popular por fuera de nuestros horarios
de trabajo, porque creo que ahí hay una lógica mucho más instituyente que la
fortalece.
Por otro lado, cuando vemos el mundo de la política partidaria, en general hay
un encasillamiento que se ha dado en los últimos tiempos y que se sintetiza
con esto de «la grieta». Yo creo que es importante también entender que en
realidad los procesos políticos de transformación social y cultural son siempre
largos y que no son contradictorios con otros procesos que pueden ser de corte
electoral.
Lo que no podemos perder de vista es que esos procesos de corte electoral sin
un acompañamiento fuerte de organizaciones sociales, territoriales, que
tensionen y que coloquen no ya el palo en la rueda, sino su «ya basta» en
términos de que no solamente queremos ir para este lado, sino que queremos
ir de esta forma. Porque esta forma nos asegura que capaz que vamos más
lento, pero vamos todos juntos.
Yo creo que más allá de la representación electoral que se tenga, la Educación
Popular propone que hay una lógica de cómo construimos este largo plazo que implica cómo participo yo de la construcción de los proyectos, cómo participo yo de la evaluación de los proyectos, que no vengan solamente a decirme mira, acá se va a hacer tal cosa que a vos te beneficia, sino a preguntarme qué es lo que a vos te beneficia y en función de eso construir. Las institucionalidades
fuertes se llevan el mundo puesto en ese sentido y las institucionalidades
gubernamentales, partidarias o de algunas organizaciones sociales fuertes también tienen esa forma de desplegarse.
Por último, un elemento que me parece fundamental también para contar es
que por ejemplo nos ha pasado a inicios de este año que la dirección política o
un espacio fuerte de compañeros y compañeras del Frente Amplio en
Maldonado, le pidieron al área de formación del Centro que le brindara un
proceso de formación en Educación Popular, para compañeros y compañeros
que estaban militando a nivel de comité de base o de sectores. Entonces, creo
que es un diálogo que siempre estuvo muy unido, es un diálogo que está
presente y creo que acá también hay que intencionar porque es verdad que a
veces vas un poco más lento, pero también es verdad que llegas con la gente
sintiéndose más partícipe también.
Paulo Freire decía algo que era «acercarse al diferente para pelear contra el
antagónico», muchas veces se termina en esta rosca de micro peleas que
termina siendo la base en ¿Qué es lo que uno define que lo separe de la otra
persona? Por ejemplo, a mí no me separa de otra persona a quien vota. A
quien vote es una realidad de un momento determinado de la historia. Lo que
yo voy a elegir que me una a esa persona, es cómo le está golpeando el
sistema actual. Si yo tengo un vecino que vota a una cosa diferente de la que
voto yo, pero su situación es tan jodida como la mía en términos de que tiene
problemas con su vivienda, problemas laborales, problemas de salud,
problemas con sus gurises que están en situaciones complicadas, problemas
de salud mental, etc. yo elijo que eso me una y poder trabajar con ese vecino.
Si yo parto de lo que a mí me diferencia es a quién vota, todo eso yo lo anulo y
solamente comulgo o no comulgo en función de quién vota. Esa lógica de la
grieta me parece que es la que está haciendo añicos esta posibilidad de
unificar, más que fragmentar y acumular en el sentido de la lógica de las
burbujas algorítmicas de las redes sociales, donde esas burbujas no solamente
te juntan con quien vos comulgás cosas, tenés cosas en común, sino que
además te separa de la gente con la que no compartís tantas cosas. Entonces
es como un doble movimiento eso que pasa en las redes. Mientras te junta con
tus idénticos, te separa de los distintos. Y a nivel social presencial, si no
atendemos este problema a tiempo, nos va a pasar lo mismo. Yo creo que esa
fragmentación siempre juega para el lado de los poderosos, quien prefiere ver
que estamos todos peleados y disgregados cuando mayoritariamente nuestros
mayores problemas son los mismos … son los que detentan el poder.
“Educación Popular, un movimiento que transforma”
Es un libro que venía escribiendo hace un año, un año y medio, sobretodo
producto de la pandemia donde me parecía importante rescatar algunos
elementos que para mí son fundamentales en la comprensión actual de la
educación popular. Yo no hablo nunca ni de refundar, ni de actualizar la
educación popular, porque la educación popular en tanto movimiento está
siempre actualizándose y refundándose. Pero sí me parecía importante
caracterizar a partir de la reflexión sobre algunas experiencias vividas de por
dónde pasaba la Educación Popular hoy y además, colocar en voz de los
propios protagonistas experiencias que existen hoy en Uruguay que no tienen
la bandera de educación popular, pero cuando uno las mira de cerca se da
cuenta que son Educación Popular.
Ese movimiento de pedirles que cuenten sus experiencias para que la
Educación Popular las vea y las tome, decirle a quienes se sienten parte de la
Educación Popular que esto también lo es me parecía importante. Entonces el
libro recoge una primera parte donde analizo esa caracterización de la
Educación Popular hoy en términos de su intencionalidad ética, política,
pedagógica, epistemológica.
Profundizo también en esto de la concepción metodológica de la Educación
Popular, intentando diferenciarla de algunos mecanismos que se vinculan más
con las técnicas o métodos separados, que no terminan incluyéndose nunca dentro de ningún proyecto de transformación y quedan como experiencias, técnicas o dinámicas sueltas.
Analizo esto de la concepción metodológica como un todo y como algo que
tiene que tener una coherencia con la propuesta transformadora. Y hago
también una descripción breve, sobre todo inicial, de cuáles son las raíces de la
educación popular que yo creo que hay que tomar. Digo inicial y breve porque
uno podría escribir siete libros hablando de las raíces de la educación popular.
Y no hablo de historia de la educación popular, sino de raíces.
Pablo Freire fue un grande, nos aportó mucho, pero también para que exista un
Pablo Freire tiene que haber existido otros y otras atrás. Entonces, esta idea
también de pensar la Educación Popular como proceso siempre colectivo y
rastrear también en la historia que es tan inacabada como el futuro. La historia
y la construcción histórica están inacabadas como la construcción del futuro.
Siempre tenemos oportunidad de ir a buscar qué pasó, por qué pasó y
seguramente Freire hablaba con algunos más y tomó muchas cosas de Simón
Rodríguez, seguramente también tomó muchas cosas de los procesos de la
teología de la liberación. Simón Rodríguez seguramente tomó muchas cosas
de otras personas y Mariátegui también. Y podemos ir así también para atrás y
mencionar que Micaela Bastidas aparece en la historia como la esposa de
Tupac Amaruc, pero en realidad fue una conductora, una pedagoga desde la
práctica, Juana Zurduy otro tanto.
En esa búsqueda de las raíces como colocar e inspirar también a poder
construir esos aportes de la Educación Popular, pero sobre todo de las luchas
de nuestro pueblo que no siempre son victorias, muchas veces estamos
acostumbrados al éxito inmediato y precisamos victorias y victorias. En realidad
hay un acumulado de derrotas en nuestros pueblos que son derrotas
circunstanciales, porque nos cargan de dignidad para las victorias que vamos
construyendo también en otros espacios. Entonces, por ahí viene un poco la
lógica del libro, el libro lo estamos vendiendo a través de La Tienda Popular,
que es un proyecto de vinculación entre los consumidores, un consumo
responsable y emprendimientos asociativos, cooperativos y colectivos que existen en Uruguay, está en tiendapopular.uy en la sección de libros y te hacen el envío a tu casa, a tu trabajo, a donde quieras. Es un libro que salió sin editorial también, en términos de poder pensarlo desde este lugar, de que sea barato, de que sea accesible y que en esta lógica no hay un enriquecimiento
sino una necesidad de difundir estos procesos.
Mateo Butin