Editorial La Carta 615. En tiempos de pandemia, la desigualdad y el racismo al desnudo.

Los tiempos pandémicos que nos toca vivir, desnudan lo exacerbado de la desigualdad y el racismo en pleno siglo XXI. Las personas que ponen los cuerpos siguen siendo las más empobrecidas, las que tienen un tono de piel más oscuro, más amarillo, más rojo, las que no tuvieron acceso a la educación, las desarrapadas del mundo. Por eso se hace necesaria la rabia convertida en palabra, en estrategia, en movimiento. El asesinato de George Floyd en Minnesota EE.UU; de Giovanni López en Jalisco, México; de Domingo Choc en Petén, Guatemala; y tantos asesinatos y feminicidios en el mundo, dan cuenta de una sociedad descompuesta. También debemos poner el dedo en la llaga de los embarazos adolescentes que denotan abuso sexual infantil por parte de sus familiares, el cual debería ser condenado como un crimen.

Las consignas “Vidas Negras Importan”, “Vidas Indígenas Importan” y “Vidas de Mujeres Importan”, están más presentes que nunca y es preciso reivindicarlas en todo el mundo, viralizarlas. Detrás del racismo se esconde una sociedad colonial que defiende sus privilegios. La desigualdad denota una redistribución inequitativa de la riqueza, como sociedad no podemos permitir que el 1 % de la población tenga en sus bolsillos el 80% de los recursos que se generan en el planeta. La pandemia nos ha obligado a parar en seco, a repensar los ciclos de la vida, las relaciones de poder, las relaciones económicas, las relaciones con la naturaleza.  Tal como lo dicen muchos pueblos afrodescendientes e indígenas, la pregunta clave es ¿Cómo eliminamos el racismo que existe en nuestra sociedad y en nuestras vidas cotidianas? ¿Cómo desmontamos la idea de que es normal que una persona indígena, afrodescediente no tenga acceso al agua, vivienda, comida, ropa, tierra digna y de calidad? Esta realidad nos exigen repensar las estructuras de gobierno que tenemos, las políticas que hoy nos organizan, para desmontarlas, porque es necesario y urgente que nadie se quede fuera.

América Latina y el Caribe, así como muchos países del Sur Global han sido objeto de disputa por la riqueza de sus bienes naturales, de sus bienes minerales, de sus bienes inmateriales, se nos utiliza como mano de obra barata. ¿Por qué llegamos a este punto?

Precisamos desmontar este sistema, reinventarlo, por que no podemos permitir que se sigan cometiendo tantas injusticias.

Rosa Elva Zúñiga López

Secretaria General de CEAAL

Junio 2020