Día Internacional de Alfabetización. 8 de septiembre 2023. Declaración de la Plataforma de redes regionales por laEducación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA)

El planeta sólo sobrevivirá si se convierte en un planeta de aprendizaje.

Paul Bélanger, 2009

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Alfabetización en América Latina y Caribe rendimos un homenaje muy especial a la gran educadora e investigadora Emilia Ferreiro, fallecida el pasado 26 de agosto. Dedicó su vida al estudio sobre el proceso de alfabetización con infancias, Emilia Ferreiro, también realizó una investigación que buscaba el conocimiento que tienen las personas jóvenes y adultas analfabetas sobre el sistema de escritura en la Ciudad de México. El estudio tuvo un impacto significativo en la práctica de alfabetización y como ella decía: “La escritura es importante en la escuela porque lo es fuera de ella, y no al revés”.

La tasa de alfabetización de personas adultas a nivel global alcanzó el 87% en 2016 y luego se estancó según datos de la UNESCO. Datos más recientes sugieren que, debido a la pandemia y a la falta de inversión pública, es probable que la cifra de 763 millones de personas jóvenes y adultas analfabetas que se registraba en 2020, siga creciendo a un ritmo alarmante en los próximos años. Según datos de la CEPAL, en América Latina y El Caribe el número de personas en situación de pobreza para el 2021 era de 201 millones, un 32,1% de la población y en pobreza extrema se estimaba un total de 86 millones de personas, es decir el 13,8% de la población regional.

A pesar del fin oficial de la pandemia de COVID-19, el mundo sigue enfrentándose a una triple crisis planetaria: cambio climático, contaminación y sostenibilidad de la biodiversidad, además de las crisis interseccionales que amenazan nuestro futuro colectivo: pobreza, creciente desigualdad, polarización cultural y política, falta de recursos, de confianza y conflictos. Este contexto amenaza la vida social, ecológica, económica, cultural, tecnológica y espiritual repercutiendo en millones de personas de la población joven y adulta, a quienes se les niega su derecho fundamental a una educación de calidad para enfrentar las crisis que se avecinan.

Antes de la crisis sanitaria, solo el 33% de los países de nuestra región consideraban la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA) como una prioridad. Así, muchas de las deficiencias previas (insuficiente financiamiento, falta de preparación de educadores y educadoras) se exacerbaron, afectando profundamente la alfabetización de personas jóvenes y adultas. La desigualdad tiene impactos diferenciados en población en situación de vulnerabilidad como la migrante y de pueblos indígenas, pone de relieve la histórica exclusión y marginación de los más de 800 pueblos indígenas de la región, por las insuficientes respuestas estatales a la crisis, con escasa pertinencia cultural sin la debida consideración de los derechos colectivos, personas y comunidades afrodescendientes, y en situación de encierro, personas adultas mayores, y con discapacidades.

La situación de los grupos y poblaciones más afectadas pone nuevamente en evidencia la trascendencia de la inclusión, pertinencia y calidad educativa, así como de la relevancia de la perspectiva de la integralidad, intersectorialidad, interinstitucionalidad; de políticas, acciones y prácticas que incorporen estas dimensiones en la EPJA. El contexto actual demanda más que nunca avances urgentes en este sentido, por ello sumamos voces para su visibilización, investigación, atención y debida protección desde los Estados con el presupuesto justo y oportuno.

El analfabetismo es mucho más que la incapacidad de leer y escribir. Al reivindicar el derecho a la alfabetización, reivindicamos el derecho a la educación de calidad, gratuita, laica, de relevancia social, bajo la responsabilidad del Estado. La alfabetización representa para las mujeres –particularmente las jóvenes– un factor de suma importancia para la definición de un proyecto de vida que rompa con los mandatos tradicionales.

La alfabetización como prioridad es parte integral de la lucha por el derecho humano a la educación durante toda la vida. Es parte integral de una lucha más amplia de derechos humanos, y en específico del derecho a la educación como obligación pública, como un bien común para todas las etapas de la vida y un proceso vital para el futuro de la humanidad.