Soltando nudos para dar paso a la esperanza. ITIAS (UPR). CEAAL Puerto Rico

 

Soltando nudos para dar paso a la esperanza

 

Autoras:

Verónica María Matos Dávila, Líder Estudiantil, Investigadora Social y Educadora Popular

Isis Marie Ramos Díaz, Líder Estudiantil, Investigadora Social y Educadora Popular

Rosaluz Molina Carrasquillo, Psicóloga Social Comunitaria, Investigadora Social y Educadora Popular

Dra. Viviana Cruz-McDougall, Humanista, Socióloga y Educadora Popular

Instituto Transdisciplinario de Investigación y Acción Social (ITIAS)

Universidad de Puerto Rico en Humacao

 

En los pasados dos años y medio en el Programa de INAS/ITIAS desarrollamos el proyecto titulado “Con el Nudo en la Garganta,” el cual, como todos los proyectos del Programa, integró la Investigación-Acción Participativa y la Educación Popular. El proyecto se centró en el concepto de seguridad humana dentro del entorno urbano, en el cual jóvenes universitarios y jóvenes de 12-18 años fueron co-creadores de conocimiento, de propuestas de cambio y de acciones transformadoras. El mismo es un testimonio del poder de la Educación Popular como herramienta de cambio social. Es una muestra más de que esta, cuando se aplica con intencionalidad y compromiso, puede ser una fuerza inspiradora, movilizadora y transformadora. Además, resalta la importancia de la colaboración sostenida entre las instituciones educativas y las comunidades para abordar problemas sociales complejos de manera holística, solidaria y participativa.

Nuestras prácticas, desarrolladas a través del Programa de Bachillerato en Ciencias Sociales con Investigación-Acción Social (CISO-INAS) y el ITIAS [Programa INAS/ITIAS], están orientadas a formar investigadores sociales y educadores populares, con la apuesta a que estos profesionales estarán equipados con las competencias necesarias para producir conocimientos destinados a transformar los problemas sociales que enfrentan tanto el sector comunitario, como el tercer sector y el gobierno en nuestro archipiélago. Para cumplir con esto, contamos con un currículo con enfoque transdisciplinario que integra elementos teóricos y prácticos en la metodología de la Investigación-Acción Participativa (IAP) combinado con el abordaje de la Educación Popular (EP). Los proyectos de investigación que llevamos a cabo, ocurren como parte de la secuencia curricular del Programa y tienen una duración de dos años y medio. Estos proyectos se realizan con un mismo grupo de estudiantes y profesores-mentores, lo que le otorga continuidad al proyecto, a las relaciones con la comunidad y al vínculo entre todos los investigadores. Utilizar esta metodología y realizar los proyectos en conjunto con las comunidades, nos hace ser un Programa único en todo Puerto Rico.

 

Esta estrategia combinada está orientada a lograr la transformación individual y colectiva mediante un trabajo colaborativo, solidario, creativo y revolucionario entre la universidad y las comunidades. A través de él, luchamos contra toda forma de marginación y opresión. Todos los proyectos de investigación, Educación Popular, participación y de acción que desarrollamos en INAS/ITIAS son de carácter político y democratizante, están dirigidos a fortalecer ambos sectores y a atender las necesidades sentidas por los colectivos y las comunidades en pro de una sociedad más justa, inclusiva y equitativa para todas las diversidades.

Como ejemplo de esto, queremos compartir con ustedes, de manera más detallada, nuestro proyecto “Con el Nudo en la Garganta: Un Proyecto IAP con Jóvenes de 12-18 años Sobre la Seguridad Humana en el Casco Urbano de Caguas.” El mismo comenzó de manera oficial en enero del 2022 y culminará ahora en mayo del 2024. Su meta principal fue: La construcción de conocimiento colectivo y concientización, con y para los jóvenes, sobre acciones dirigidas a promover la Seguridad Humana en el Casco Urbano de Caguas. Y sus objetivos principales fueron: Problematizar sobre el concepto de la Seguridad Humana, Justificar la importancia de la Seguridad Humana e Identificar actividades que promuevan la Seguridad Humana. Mediante la IAP, se proponen y trabajan las siguientes fases: familiarización, determinación del problema y diseño, recopilación de datos, problematización y concientización, diseño e implementación del plan de trabajo y sistematización y divulgación. Para cumplir con estas fases, realizamos siete actividades principales utilizando diversas técnicas de la Educación Popular junto a la comunidad, y varias actividades tales como: un diálogo creativo, un EXPO Flow, un video y Google Form, una “recorrida” fotográfica (lectura de calle), unos grupos de discusión, un plan de acción/trabajo y un diálogo final. El diálogo creativo se trató de una conversación entre los estudiantes y los investigadores con preguntas guías acompañada de diversos materiales de arte y manualidades (manipulativos). Este sirvió como diagnóstico comunitario mediante el cual los estudiantes de la Escuela Nueva Pedagogía compartieron sus visiones y preocupaciones en torno a los alrededores de la escuela (el Casco Urbano de Caguas). La actividad titulada “EXPO Flow” consistió en pequeñas estaciones que resumían los posibles asuntos a trabajar, recopilados en la primera actividad, lo que permitió la priorización, por parte de los jóvenes, sobre los temas a desarrollar mediante el proyecto. A través de un video y un Google Form resumimos los tres temas principales que los jóvenes identificaron como prioritarios y le brindamos la oportunidad de elegir y priorizar el tema que les gustaría incluir en el proyecto. La “recorrida” fotográfica (lectura de calle) y los grupos de discusión apoyaron en la profundización de las ideas y propuestas de los estudiantes en torno a la seguridad humana, así como la problematización del concepto y la justificación de su importancia. La fase del plan de acción posibilitó la creación de siete “mini proyectos”: un documental, un podcast, una campaña de redes sociales, un diseño de mural, una representación teatral grabada en video, un periódico mural digital y una maqueta, los cuales estuvieron dirigidos hacia la promoción y concientización con y para los jóvenes sobre la seguridad humana en el Casco Urbano de Caguas. Como fase final, de sistematización y divulgación, invitamos a los estudiantes de la escuela a nuestra universidad y realizamos un diálogo en el cual los estudiantes compartieron sus reflexiones sobre las vivencias del proyecto y lo que les gustaría que se comunicara a través del producto final. Finalmente, creamos un documento de sistematización mediante el cual resumimos los momentos y aprendizajes más significativos del proyecto y una Presentación de Sistematización la cual apoyará con la divulgación de los esfuerzos realizados durante el proyecto. De este modo, cumplimos tanto con la meta como con los objetivos del proyecto. Algunos de los aprendizajes que obtuvimos como resultado del proyecto fueron que, al trabajar con jóvenes o escuelas se debe: trabajar desde modelos pedagógicos que promuevan el análisis crítico, la reflexión y las creatividades como lo es la Educación Popular, estudiar literatura relacionada al trabajo con jóvenes, diversificar las comunicaciones, incluir aspectos lúdicos, recursos tecnológicos y artísticos, incluir ejercicios rompehielo, de animación e integración, trabajar en grupos pequeños, y tener en cuenta que los planes siempre pueden cambiar.

 

 

Los resultados de este proyecto ponen en evidencia que la educación debe ser una distinta, una lúdica y una que resulte en la transformación social. De este modo, la Educación Popular es una de las mejores alternativas que tenemos a nuestra disposición. Como bien describe Cruz-McDougall (2021) “la Educación Popular está dirigida a que las personas protagonicen su propio proceso de transformación individual y colectiva. Igualmente, promueve que las personas observen, profundicen, cuestionen, analicen, propongan, actúen y transformen su propia realidad ante situaciones de desigualdad y opresión. Para tener un abordaje desde la EP se pueden utilizar, integrar y combinar un conjunto de procesos, esfuerzos, estrategias, metodologías, técnicas, medios y recursos.” De este modo, en cada paso del camino, tuvimos en mente el garantizar la participación de los jóvenes, el diseñar actividades que promovieran la observación, el análisis y el cuestionamiento, y, en general, el crear un proyecto en conjunto que propiciara, tanto en los jóvenes como en nosotros, el deseo de ser agentes de cambio. En palabras de nuestra compañera Naomi:

“Decimos con orgullo en el pecho que somos agentes de cambio. Porque toda nuestra formación académica ha sido dirigida hacia fomentar el deseo de alcanzar la justicia social, promoviendo espacios de diálogo, participación, creatividad y aprendizaje social, procesos alternativos desde la praxis y la creación de nuevos conocimientos desde los intereses colectivos, aplicando nuestras destrezas y talentos, para ejecutar transformaciones sociales significativas en nosotros mismos y cualquiera que sea nuestro entorno.”

 

Una aclaración pertinente lo es que, “la Educación Popular no se define por sus modalidades (educación no formal versus educación formal) o sus destinatarios (los pobres, los campesinos, los indígenas, los excluidos) sino por su intencionalidad transformadora. Este enfoque pedagógico, está, de varias maneras, vinculado a la Investigación-Acción Participativa y, por lo tanto, dirigió la ejecución de nuestro proyecto en todo momento. Frente a las tendencias que quieren convertir a la educación en un mero medio para domesticar a las nuevas generaciones preparándolas no para transformar la realidad, sino para insertarse o adaptarse a ella, lo que implica aceptar las terribles desigualdades y la inhumanidad e injusticia del mundo en que vivimos, la Educación Popular apuesta por recuperar y fomentar el potencial transformador de cada persona como sujeto de su historia y de la historia” (Pérez-Esclarín, 2012). De este modo, optamos por incluir la Educación Popular como una metodología alternativa ya que está destinada a ser una experiencia emancipadora para aquellos que sienten que carecen de voz a favor del cambio. Sobre esto, uno de los jóvenes de las escuela destacó que:

 

Me encantó cuando nos preguntaron, porque yo siempre pienso en cosas que quiero cambiar... Pero, nunca tengo la oportunidad de hacer algo para cambiarlo y pues me gustó que… yo tenía muchas ideas y después, hablando con los demás compañeros ellos tenían más ideas y… pudimos observar cuál era el problema real, el verdadero problema y me encantó que nos preguntaron…”

 

Durante nuestro proyecto, fue posible descubrir las dimensiones de esa afirmación, que nos afectaron tanto a nosotros como a los estudiantes de la Escuela Nueva Pedagogía, ya que somos dos colectivos que han experimentado esto como jóvenes. Por lo tanto, en nuestro proyecto, vemos los métodos propuestos en la Educación Popular como una oportunidad para desafiar el adultocentrismo que observamos, cometemos y experimentamos a diario y abrir puertas a la colaboración horizontal, ambas muy necesarias en el espacio académico. Además, vimos a la Educación Popular como un medio para validar constructivamente la experiencia y las opiniones de nuestros co-investigadores sobre la seguridad humana en el centro urbano de Caguas, explorando posibles formas de transformación aportadas tanto por los estudiantes de la Escuela Nueva Pedagogía como por nosotros en INAS/ITIAS.

Desde este punto de vista, sabíamos que, para tener éxito en nuestro esfuerzo grupal por problematizar y profundizar en la falta de seguridad humana en Caguas, era necesario adoptar un enfoque transdisciplinario a través de diversas técnicas que honraran la diversidad entre ambos grupos, como podría sugerir la Educación Popular. Además, encontramos especialmente importante incorporar estrategias atractivas para los jóvenes para que la experiencia fuera lo más interesante y provocadora posible. Sobre este esfuerzo, varios de los jóvenes de la escuela indicaron que:

“A mí me encanta cuando ustedes nos visitan porque nos escuchan y nos preguntan qué pensamos sobre nuestro pueblo y ustedes ni son de Caguas, no creo, y les interesa qué pensamos de nuestro pueblo y me encantan las dinámicas porque me gusta todo lo que tiene que ver con creatividad y manualidades, y me encanta que lo representamos, lo que sentimos con las manualidades y los proyectos.”

“Siento que fue bien creativo de ustedes como hacer lo del teatro, hacer lo del papel, las ideas y hasta la cosa cuando no estábamos aquí que usaron el “Google Form”…

“A mí me gustó, fue una experiencia bien chévere porque desde el primer día que vinieron para acá yo me sentí cómodo… que también son bien creativos con sus actividades como la vez hicimos eso y después que la gente viene pa’ acá y la vez que hicimos lo del teatro y lo del podcast y todo eso. Son cosas bien creativas como saben cómo coger la atención de los demás. Y por lo menos para mí ha sido una experiencia bien chévere.”

 

Sin embargo, no nos limitamos a utilizar estas estrategias únicamente junto a los jóvenes. Para ejemplificar esto, nuestra primera estrategia como equipo de investigación, aún antes de visitar formalmente a los jóvenes, fue conocer la ciudad de Caguas, específicamente el centro urbano y estar conscientes del entorno que rodeaba a nuestros co-investigadores. Una de las maneras en la que logramos esto fue creando una cartografía social. También conocida como mapa social o sociograma, se considera una opción metodológica que permite una aproximación a la concepción de un cierto territorio en cambio permanente mientras consolida un sentido de pertenencia basado en representaciones gráficas de la realidad existente en la comunidad (Barragán y Amador, 2014; Uribe, Donoso y Ramírez, 2017). Así, en la cartografía social, el mapa se asume como una representación gráfica de aquellos fenómenos presentes en una comunidad: se concibe como un medio, no como un fin, en el cual la realidad existente y las relaciones territoriales están esquematizadas a través de signos, símbolos y palabras que se identifican empleando convenciones y que tienen significados compartidos y proyecciones colectivas (Barragán y Amador, 2014).

Crear una cartografía social nos ayudó a desarrollar una relación con el espacio de investigación compartido. También, nos permitió explorar lo que conocíamos sobre él y lo que era desconocido, para ayudarnos a comprender mejor dónde estábamos dentro de la ciudad de Caguas. Algunos de los aspectos que identificamos fueron: escuelas cercanas con metodologías similares a las de la Escuela Nueva Pedagogía, instalaciones recreativas para los jóvenes de Caguas (que luego nos dimos cuenta eran prácticamente inexistentes), y espacios que albergan organizaciones comunitarias, que no estaban representadas en nuestra herramienta de mapa digital. Por lo tanto, fue un ejercicio importante que nos ayudó a ser conscientes de que cualquier espacio urbano no solo consiste en lo que está representado en un mapa. Pero también aprendimos que al hacer esto visible, hacemos espacio para lo que es relevante para la comunidad, más allá de únicamente lo que tiene importancia en documentos oficiales o propuestas gubernamentales. Son precisamente los contextos comunitarios los que lentamente, pero con seguridad, allanan el camino hacia un ambiente más seguro desde el punto de vista humano.

Parte de construir esto es poder expresar lo que necesita ser cambiado. Aquí es donde se conectó nuestro enfoque con la comunicación social, un concepto que moldeó la ejecución de nuestro plan de acción del proyecto. Para citar a Edwin Prieto de la Southern New Hampshire University, esta es una disciplina que abarca nociones de antropología, sociología, filosofía, psicología y periodismo, entre otros campos. La comunicación social busca informar a audiencias masivas, con mensajes dirigidos a una comunidad interesada en dicha información, cumpliendo un papel importante de integración, difusión y afirmación de valores en la sociedad. Así que no solo hay un mensaje que transmitir, sino que este está destinado a llegar al mayor público posible. Por su parte, Mario Kaplún (2002) en su libro Una pedagogía de la comunicación (el comunicador popular), plantea dos características principales de una comunicación social democrática y eficaz, detallando que esta: “Ha de estar al servicio de un proceso educativo transformador, en el cual los sujetos destinatarios vayan comprendiendo críticamente su realidad y adquiriendo instrumentos para transformarla; Y ha de ser una auténtica comunicación; es decir, tener como metas el diálogo y la participación.”

Sobre esta base, buscamos crear una comunicación educativa que reflejara la visión colectiva de la seguridad humana y una de la que nos sintiéramos orgullosos de compartir. Al mismo tiempo, fue importante para nosotros considerar nuestra individualidad y traer a la mesa diversas formas de desarrollar nuestra creatividad en consecuencia. Esto nos llevó a proponer un esfuerzo colaborativo que dio como resultado lo que ahora llamamos, cariñosamente, nuestros “mini-proyectos”, que están basados en la comunicación social y educativa. Comenzando con un documental que mostró las visiones de la seguridad humana compartidas por estudiantes y maestros de la Escuela Nueva Pedagogía. Con este mismo objetivo, un equipo diferente creó un diseño para un periódico mural. Otro es un episodio de podcast donde se discutió a fondo el componente de seguridad personal de la seguridad humana con un pequeño grupo de estudiantes. Igualmente, se crearon bocetos de diseños de murales para mostrar lo que la ciudad de Caguas podría ser si la seguridad humana se tuviera en cuenta en las iniciativas gubernamentales. También hubo un equipo que creó un modelo tridimensional de su espacio recreativo ideal para jóvenes en Caguas; un espacio inclusivo en donde todos pudieran sentirse seguros y bienvenidos. Por último, un equipo adicional de estudiantes trabajó en una breve pieza de teatro, expresando cómo nuestro juicio injusto y falta de comprensión de la situación de las personas sin hogar contribuyen a una falta de seguridad humana.

Mientras “Con el Nudo en la Garganta” fue desarrollándose, llegamos a varios entendidos importantes relacionados a la manera en la que percibimos la educación y cómo la propuesta de la Educación Popular nos acerca más a la sensibilidad y humanización de los procesos, dos componentes sumamente necesarios en la realidad que enfrentamos. Primeramente, la implementación de la Educación Popular implica reflexionar sobre las complejidades en el intento de penetrar en la conciencia, que es la esencia de la educación en sí misma. Parte de esas complejidades radica en que hace falta desprenderse de las ideas y moldes de lo esperado a ocurrir en los procesos de aprendizaje. Por ende, la Educación Popular, en muchos aspectos, refleja a la vida misma.

Para explorar los alcances del concepto de seguridad humana y sus aplicaciones al casco urbano de Caguas, muy bien hubiéramos podido implementar una estrategia educativa bancaria o unidireccional, en donde “el educador es el que sabe y por ello deposita su saber en las mentes de los educandos” (Pérez-Esclarin, 2012). Tal vez, de igual forma, se hubiera logrado una de las aspiraciones básicas al educar: el penetrar en la conciencia de quienes estén allí para aprender. Sin embargo, no queríamos que se quedara en la adquisición de un nuevo conocimiento (en este caso, sobre la seguridad humana) sino llegar a la comprensión y problematización de por qué estos aprendizajes son importantes y, sobre todo, aplicables a la realidad para lograr una transformación en el entorno. Esto nos llevó a pensar en los “ojalás”: ojalá pudiéramos tener más tiempo o que el tema que traíamos fuera más fácil de entender para poder discutirlo con ellos en menos tiempo. No obstante, la situación era distinta y poco negociable, mas esto no tiene por qué minimizar el valor de lo realizado. Entonces, logramos asumir la postura de que emprender un proceso educativo que se acerque a la realidad es una invitación a la paciencia, a abrazar lo alcanzado, ya sea mucho o poco, como ganancia y contribución a nuestras conciencias en miras de aspirar a un mundo distinto.

 

“Relacionado a esto, a lo largo del proyecto, reconecté con las memorias de mis procesos de aprendizaje pasados. Pensaba en que las experiencias educativas más enriquecedoras de mi vida han ocurrido en ocasiones de naturalidad y confianza, y esto es un regalo que atesoro enormemente. Mas por alguna razón, cuando se trataba de nuestro camino junto a la juventud de la Escuela Nueva Pedagogía, llegué a tener expectativas muy rígidas sobre lo que debía suceder junto a ellos y ellas. Entendía que sería algo sencillo, que un simple intercambio de definiciones en planes de encuentro sumamente intermitentes alcanzarían un nivel de profundidad significativo y teóricamente rico. Sin embargo, pronto me di cuenta de que era necesario recordar lo aprendido sobre la Educación Popular; que sobre todo nos humaniza y nos acerca. Es mucho más que hablar y reaccionar. Por consiguiente, un aprendizaje esencial constó en comprender que, al momento de implementar estrategias de Educación Popular, resulta imperativo desprenderse de moldes y expectativas que recojan ‘lo que me gustaría que pase’ o simplemente ‘lo que se espera.’ Esto no solo ayuda a valorar el esfuerzo y el trabajo que se colocó en cada encuentro, sino también a entender que en lo inesperado hay una belleza inigualable.” (Verónica)