Una de nosotras, -miembros de la Red Cubana de Educadores (as) Populares que anima el Centro Martin Luther King- se enteró por una amiga que labora en el Hogar de niños mayores de 6 años sin amparo familiar, que allí estaban necesitando de nasobucos, tanto niños como trabajadores.
Si la necesidad de protección ante la amenaza real del COVID 19 es apremiante para la población en general, cuánto más lo sería para este tipo de institución creada por el gobierno cubano desde 1984, para que los niños (as) y adolescentes tuvieran garantizado su crecimiento integral y pudieran convertirse en ciudadanos activos en todo sentido.
Como el mejor modo de hacer realidad los valores humanistas que personalizan la experiencia de acompañamiento al Consejo Popular Aeropuerto Viejo por parte de la Red en Bayamo, se dió ella a la tarea de coordinar voluntades entre las artesanas de la iniciativa de Manualidades, para poner “manos a la obra”. A estas manos y corazones se sumaron otros de la comunidad, vinculados o no con la Red y su experiencia, enlazados todos por el deseo de servir, de ser una presencia generosa y útil a la contienda común de estos días. Retazos guardados, sábanas y fundas, se juntaron para ser llevados con la valentía de quien se ofreció a conducir la bicicleta…varias máquinas fueron pedaleadas sin descanso, hasta elaborar 62 nasobucos que fueron entregados el 31 de marzo a los niños y trabajadores de la institución. Esta pequeña y gran acción, se enlaza a la cadena de amor y de esperanza que estamos tejiendo ahora mismo los cubanos y cubanas, ante la adversidad de una pandemia que nos recuerda, con creces, cuán iguales somos y cuánta necesidad existe de sentir y obrar por el otro.
Más nasobucos se hicieron y se siguen haciendo por las costureras vinculadas a nuestra experiencia. Sus destinatarios serán las personas más vulnerables de la comunidad o alguna otra institución del entorno que lo requiera. Y será esta, sin dudas, la primera de muchas acciones por venir, para resarcir estos días de sombra, confiados como Martí, en que si hay algo que hermana hombres, es subir juntos grandes lomas.
Fotografías: Andrés Vázquez Socarrás