“Educación Popular, la esperanza como camino”, por Camilo Álvarez (CEAAL Uruguay)

Por Camilo Álvarez López (CEAAL Uruguay)

Desde la aparición del Covid-19, hemos asistido a una cantidad importante de creaciones sociales para dar explicación al nuevo contexto, para pensar en el después, para pensar nuestras prácticas en este escenario, etc. Muchas reflexiones han circulado, sin embargo, como bien sabemos desde la Educación Popular, el mejor análisis es el que surge de la reflexión de nuestras prácticas. Aquello que Freire llama “Praxis”. Sino pasamos por este proceso, vendrán otro/as a explicarnos lo que hacemos, la colonización no para ni en tiempos de Covid-19.

Es verdad que hay quienes (aun desde el sur) esperan que los pensadores del norte nos digan hacia donde tenemos que ir, o mejor aún que nos expliquen que estamos haciendo.

La construcción de conocimiento es una de las tareas mas revolucionarias que existen. Implican, es verdad, quedar en soledad muchas veces, en la intemperie de los sentidos comunes que que pululan por el mundo. Pero es también lo que permite que los olvidados y los nadies, sean protagonistas. No debemos ser calco ni copia sino creación heroica, como nos enseñaba el maestro J C Mariategui.

Hace tiempo, por los tiempos del primer Foro Social Mundial, en Porto Alegre, cuando teníamos una correlación fuerte de organizaciones sociales, habíamos levantado la consigna, la idea, el concepto de que “Resistir es Crear”. Vuelvo sobre esto, porque para estos momentos es sumamente importante la idea de que no solo estamos resistiendo, a las desigualdades, a la marginación y exclusión generada por la retracción de los mercados, sino que al tiempo que resistimos, creamos algo nuevo, vínculos, propuestas, procesos, consignas, programas, etc.

La Educación Popular además de su opción ética y política, nos llama permanentemente a mantener la esperanza. La esperanza no como espera pasiva, sino como construcción consiente y creadora de la nuevo. Un elemento central del sentido humano es mirar mas allá de lo permitido y lo posible, la esperanza como fin y como medio.

En estos meses, vimos como el Movimiento de la Educación Popular, pudo verse creando ollas populares, impulsando la solidaridad barrial, generando instancias de intercambio y conservatorio vía plataformas virtuales, incluso cursos de educación popular a través de plataformas virtuales que intentan generar procesos para el trabajo grupal, movilizaciones, metodologías aplicadas a las formas en como trabajar en los barrios, como acercarse cuando se exhorta al distanciamiento, y mas etcéteras donde la Educación Popular se ha metido, con una perspectiva transformadora y siempre con una intencionalidad política.

Por último, la importancia de la Educación Popular en estos momentos, es lograr transitar lo urgente hacia la construcción de sujetos históricos, no solo por su posicionamiento en la estructura social, sino por sentirse parte de un movimiento popular que pretende la transformación social.

Así, en tiempos de coronavirus los sectores populares que han sido vapuleados por miles, quedando sin trabajo, sin posibilidad de actividades diarias para generar ingresos, etc, se han visto organizados por la necesidad (alimentaria, de refugio, etc), siendo la tarea de lo/as educadore/as populares generar la necesidad de estar organizados para transitar otros aspectos de la vida y construir comunidad.

Así, la idea es pasar que nos organice la necesidad a construir la necesidad de estar organizados, como perspectiva pedagógica con las organizaciones barriales y locales.  Este proceso, además, es el que nos posibilita construir conocimiento e identidad, por lo tanto, esperanza.

He aquí, el desafío de la Educación Popular. Que no solo sean aportes programáticos o de dinámicas distintas, sino acudir a la ardua tarea de construir una estrategia de transformación que sume a grandes sectores populares, que están siendo hoy, excluidos y marginados.