“Cuando la nueva normalidad llegó a la escuela”. Nélida Albino. Perú.

Por Nélida Albino Igreda
Directora del CEBA 2032 Manuel Scorza Torres
Presidenta de la Red de Educadores de EBA–Lima

Estamos en un escenario (salvando las distancias) como cuando el terrorismo llegó a Lima y recién se tomó conciencia de su existencia y dimensión.

“Este sector de la sociedad permanecía “ciego”, “sordo”, “insensible” a los coches bomba,… Este sector de la sociedad limeña vivía tranquilamente y sin la menor preocupación por lo que estaba ocurriendo con el resto de peruanos como ellos” (Camán, 2013).

Así estamos. Recién nos damos cuenta de las brechas educativas, cuando la clase media o citadina no puede conectarse; hogares donde no hay libros porque los chicos pasan horas consumiendo programas chatarra; donde no hay un saber actuar frente a un problema y sólo se demanda soluciones al Estado; donde se llama a toda hora y persistentemente a los docentes porque, ni los padres ni los hijos, entienden las indicaciones de la “educación a distancia”.

Se ha develado las condiciones en las cuales, por ejemplo, la Educación Básica Alternativa (que atiende a los jóvenes y adultos en el Perú) trabaja: no tiene conectividad; la contextualización no funciona y no se enseña lo pertinente; no tiene recursos; las distancias geográficas son determinantes para el servicio; las diferentes lenguas en nuestro territorio se vuelven excluyentes; los medios de comunicación discriminan; el apoyo del Estado no llega a todos; no hay fluidez en la cadena de distribución de recursos; la ciudadanía, como enfoque inclusive del PEN, no está interiorizado en las personas (una muestra: el incumplimiento de las normas de aislamiento).

Y ¿dónde está la comprensión lectora y el pensamiento crítico y la resolución de problemas? Y ¿la pertenencia al barrio, la responsabilidad frente a los otros, y las habilidades socioemocionales para relacionarse y sobreponerse a las dificultades? Además, el papel de los aliados como los medios de comunicación no ha sido el más afortunado porque han socavado cualquier intento escolar de comunidad o de un “todos” o de “bien común”.

Si nuestros estudiantes no desarrollan la competencia 28: “Se desenvuelve en los entornos virtuales generados por las TIC” es porque las escuelas no tienen los recursos tecnológicos. En un primer momento, el Estado no podrá atender a todas las escuelas pero la idea es aprender la lección, no agrandar más la brecha y atender a esa población que se ha visibilizado y que reclama: “Queremos que nos vean tal como somos, con nuestras deficiencias y necesidades para que seamos atendidas en esta nueva normalidad que muchos pronostican”.

Y ¿qué podemos hacer?

Preparación digital con plataformas sostenibles; préstamo de dispositivos de las escuelas que, por supuesto, ya deberían contar con esos equipos; educar para el cuidado de la salud reconociendo la vulnerabilidad del propio contexto y preparándose para ello; tener la visión de Aprendizaje a lo largo de la Vida no sólo educativa o escolar sino un Aprendizaje para el desarrollo, un Aprendizaje permanente: habilidad de
gestión financiera personal y familiar; dónde comprar mascarillas o cómo elaborarlas; cómo manipular o entregar alimentos así como proporcionar orientación para tareas cotidianas orientadas a evitar el rebrote del COVID 19 y cómo mantenerse saludables tanto física como mentalmente.

Y ¿el saber de los adultos? ¿Ese saber que se invoca como riquísimo de experiencia? No ha sido convocado. Este es el momento de apelar a esa sabiduría para mejorar los niveles de comunicación; estimular la escucha activa a través de relatos; conocer las propiedades de los alimentos tradicionales; generar menús económicos y rendidores; conocer los protocolos de crianza de los bebés; generar huertos en jardines o en macetas; acompañar a las mujeres embarazadas; aprender a manejar una bicicleta o un auto; a reparar artefactos, hacer instalaciones eléctricas, etc.

Proponer aprendizajes que permitan enfrentar la “nueva normalidad” y habilidades para ser parte de las soluciones. Ese es nuestro compromiso. ¿Cuál es el tuyo?


Camán Vigo, Roxana. http://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/cybertesis/3583